2. Que brille para él la luz
perpetua!
Hola, soy Luz,
A finales del siglo XX y
comienzos del XXI en una ciudad pequeña erigida sobre siete barrancas se localizaba
una universidad pública de cuyos estudiantes en proceso de formación y
curiosidad, participaban de manera activa en los movimientos sociales.
Pues un día ejerciendo el derecho
a la libre manifestación se agruparon en el portal para protestar quizá sin
ninguna razón, y como en el cuento “Alicia
en el país de las maravillas” todo fue fenomenal durante los primeros quince
minutos hasta que un tanque antidisturbios irrumpió atropellando a los manifestantes
sin ni siquiera disturbarse.
Hubo fuego (policías de paisano
disparando a quema ropa) y los estudiantes con piedras se iban desapareciendo a
medida que los gases lacrimógenos hacia efecto en los ojos de manifestantes y transeúntes.
Como no?
Como no expresarse?
Si los alumnos cuando van a desayunar
en su casa encuentran en la alacena
1 una papa
2 dos lentejas y
1 una piedra
…los padres y madres desesperados
buscaban a sus hijos de 17-19 años perdidos en la ciudad pequeña, …viernes …sábado
…domingo
…uno de ellos apareció en la
morgue, fue escupido por la mar de Turipaná faltándole un zapato y con un golpe
contundente en la cabeza. La última vez que lo vieron se lo llevaba la policía en
una furgoneta en medio de la manifestación.
Ya lo denunció la obra plástica “Desaparición Forzosa” del Maestro Tacheko,
que además añadía “El hecho de haber nacido en Colombia me hace sentir hambre:
Hambre de respeto
Hambre de educación
Hambre de justicia”.
Enfurecido tomó un tablero
inmensamente grande de la Universidad del Barranco y formó con una cuerda un
signo de clemencia por medio de nudos para implorar reflexión a la fuerza pública.
Arrancó el artículo 17 de la
Constitución Política que señala “en Colombia no habrá desaparición forzosa” y
la copió cien veces.
Tomó el certificado de la
Fiscalía que señalaba la causa de la muerte por investigar, y la copió cien
veces…
y con las doscientas copias reinventó
al nuevo estudiante fallecido, lo presentó mucho más grande, tres veces su
tamaño. Mucho más fuerte, Mucho más
vivo!,
Hizo caminar sobre el estudiante
de papel y mezcla, a su madre, su hermano, su abuela, su sobrina, el perro y la
gata también. Todos dejaron su huella.
Una vez terminada la obra… la quemó.
“...remito a la materia para
devolver al hombre su origen. -utilizo elementos cotidianos para resaltar la
humildad de la vida diaria” señaló el Maestro con resignación.
Por casualidad camina por esta historia el Conde francés aguerrido en sapiencia se levanta el sombrero y dice: Igualite, liberte, fraternite.
Como toda pequeña historia deja una enseñanza, la de hoy no quedó aprendida. Como verán soy una coma en un libreto y hoy me convierto en punto final y esta es la historia de alguien que suspiró al comienzo: ¡Que brille para él la luz perpetua! y Luz brilló para no caer en el mal.
Y colorín colorado este cuento se
ha acabado.
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