lunes, 23 de agosto de 2021

La Hija del Panadero

(sonido teclado de Laptop)- chekee chekee, chekee…

-- Altavoz de Aeropuerto: “Diiiing-dooong-diiing” 

“Pasajeros del vuelo OKI 2903 con destino Guatavita, favor presentarse a la puerta de embarque S10”. “Dooong-diiiing-dooong” 

Llego con prisa en un taxi a la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional Ernesto Cortizos de Barranquilla, cargando una mochila negra y una carpeta con obras de Arte de 90x5x65 centímetros, paso el control de seguridad sin ningún contratiempo, recojo mis contenedores de cien mililitros, correctamente embolsados, agarro mi chaqueta rosa y calzo mis sandalias abiertas de plataforma. Miro el panel de información de vuelo y distingo mi “Gate S10”. Inmediatamente busco con la mirada la señalización “S”, y continúo mi carrera sin descanso. Cuando llego hay tres personas por embarcar, soy la cuarta. …¡uff, por poco tengo presentación fuera de hora! Me pongo en la cola secándome el sudor de mi cara con la mano izquierda y abanicándome con la derecha con el pedacito de tarjeta de embarque que, por cierto cada vez son más chiquitas y dan poco aire. 

A mi turno, el agente handling confirma mi identidad y hace su registro, inmediatamente me da la bienvenida al vuelo que opera. 

Ya estoy en el finger en uno, dos, tres… veinte pasos, estaré en el avión. 

– ¡Qué bien! Me digo: “Ahora toca lo de siempre, es sencillo, solo debo colocar el equipaje en su lugar; esta parte elemental se convierte en un caos cuando viajo, posiblemente originado por el pánico que tengo al despegue de la aeronave”. 

Mi asiento es 32A… -vaya, qué número, me voy a salir del avión. Llegaré la última a Guatavita City, jum! -en ese momento suena la locución de la cabina del avión: Señores pasajeros, La compañía Air-Cóndor les da la bienvenida. Con el fin de agilizar el embarque les rogamos que ocupen sus asientos asignados en el pasabordo. 

Coloquen el equipaje de mano en los compartimentos superiores o debajo de la silla de enfrente… Muy obediente coloco mi mochila en el espacio del compartimiento superior, ubico la carpeta grande, justo en la parte de atrás de la silla de tripulaciones, según reza el protocolo y me dirijo a mi asiento. 

Veo a todos los pasajeros bien colocados y digo: “Perdonaaad… perdonaaaad… perdonaaaad”, paso y me siento. 

Pasan unos minutos y descubro que no tengo conmigo mi móvil, ni mi libro de lectura, ni mis gafas de leer y recuerdo mi mochila negra bien acomodada en el compartimiento de arriba. Como estoy en la ventanilla de la fila 32 me levanto y digo: “Perdonaaad…perdonaaaad… perdonaaaad, y comienzo a salir”. Miro la cara del señor del asiento 32B y la señora de 32C y de repente vi la imagen de mis abuelos enfadados – ¡Huy, miedito me dio! …paso rapidísimo y digo: “Volveré a pasar avisooooo”. Se quedan los dos de pie sin decir nada pero con una mirada matadora y fulminante. – mientras yo saco lo necesario de mi mochila, con curiosidad y un poco de respeto, miro con disimulo la cara de la señora y la fisonomía me confunde, porque no sé si me va a regañar o es que ya me va a pegar una colleja. Me apresuro a llegar a mi asiento 32A, una vez en el lugar con todas mis cosas me quito la chaqueta, tomo asiento pausadamente y me abrocho el cinturón. Ya, bien sentada y amarrada a la silla me dirijo a los señores –primero Señora, después Señor y les digo: ¡Perdonaaad y perdonaad! Sonrío en desagravio y por fortuna me devuelven la sonrisa, aunque la mujer hizo un gesto con mirada arriba-abajo, emitió un jump! y giró su cara al otro lado con bastante indiferencia. 

(Suena de nuevo la locución: Prrr… Señoras y señores el comandante a bordo, capitán Maikel Pérez y su tripulación les damos la bienvenida al vuelo 2903 con destino Guatavita, la duración aproximada será de 2.5 horas, por favor hagan uso de cinturón de seguridad, pongan el respaldo de sus asientos en posición vertical, cierren sus mesitas para el despegue. Les informamos de que el uso de aparatos electrónicos está prohibido durante las fases de despegue y aterrizaje por interferencias...)

Según recomendación, me programo mentalmente para el tiempo de vuelo, ajusto el cinturón de seguridad, enderezo la silla, cierro la mesita y pongo el móvil en modo avión. Veo que dos azafatas se ponen en medio del pasillo, una a la entrada principal y la otra en mitad del avión, haciendo movimientos correspondientes con la explicación de la locución, lo que me recuerda un play back.

(Locución)…Siguiendo normas internacionales de seguridad, les vamos a efectuar una demostración de los sistemas de emergencia, que se encuentran: dos salidas…, a lo largo del pasillo una guía luminosa…salidas de emergencia. … le damos las gracias por su atención y les deseamos un feliz vuelo. …después, lo mismo, pero en Inglés. 

Preparado para decolar- prrr 

El avión avanza muy despacito hacia atrás (creo que no tiene marcha reversa) - el coche pequeño (monta carga) lo empuja y cuando ya está en ubicación, comienza andar hacia adelante por sí solo. El recorrido es de siete minutos aproximadamente, una vez en pista toma posición y espera la autorización de la torre de control. 

Listo, ¡Yaaaa!,… arraaaanca a correr el avión como alma delante de un perro bravo, sigo mirando por la ventana y veo la velocidad que va alcanzando la aeronave, y siento un escalofrío, las gotas de sudor correr por la frente de mi cara, me sudan las manos, el bigote, me dan ganas hacer del vientre. También, siento una gotita de sudor arriba en mi espalda que comienza a recorrerla toda, hasta llegar a la separación de mis glúteos. Desarmo la gotita con la mano, y mi corazón comienza a acelerarse, pegada a la silla, pero muy pegada me agarro de ambos brazos como asegurándome de no caerme en caso de un giro a la derecha o izquierda, quedo en un silencio mental y cierro los ojos. La sensación es de vacío y por tanto pienso en una cocacolita con limón y hielo, cuando la sensación es más profunda y desaparece, intuyo que ya ascendió… me digo: ¡ya está! Una vez enderezado el avión, en la altura apropiada, descanso de la tensión, tomo aire por la nariz y lo voy soltando poco a poco por la boca y junto mis dedos pulgar y anular de cada mano para encontrar el “OM” que relaja a todos los hindús. Así, de meditación, logro equilibrar mi existencia momentánea. 

Ya estupendamente tranquila, busco el libro que me dejó la Sedeñito, me pongo las gafas y me dispongo a leer “Mama que será lo que quiere el negro”, noto que quitan la señal luminosa de cinturón de seguridad y de pronto comienza la gente a levantarse de sus asientos para ir al baño. 

Por fortuna, este es un avión bastante grande, tiene dos cubículos de aseos, uno adelante, cerca de la cabina del piloto y otro justo detrás de la fila 32. Levanto mi cabeza y cuento la hilera: 15 personas en el aseo de adelante y 27 personas el aseo de atrás. (Suspiro). Con tanta gente abriendo y cerrando el cubículo del aseo no puedo centrarme en mi lectura, creo que estoy sufriendo de un grave problema “lectural”. 

Decido esperar un rato, que desaloje la fila para que retorne el silencio. Pasan quince minutos y por fin se van acabando las charlas antes de entrar, va desapareciendo el ¡Zap! del cierre, el ¡Toc Toc!, ya acabó?, y el ¡Craaaaaaaacs! de la bajada del váter. 

(Locución), Señoras y señores…, en la parte… encontraran catálogo de artículos de nuestro centro de distribución, perfumes de todas las marcas, relojes etc. Igualmente… catálogo de Menús, delicatesen, bebidas y snack. ...Pasa una azafata por cada asiento ofreciendo “carcasas de colores para terminales móviles, cargador portátil 2 en 1, airpods, cables, mp4,…etc.” y se va alejando hacia la fila número uno. 

Tomo el libro y lo abro en la página veintidós cuando de repente se escucha los carros de alimentos que sacan de la cocina, uno por el frente y otro detrás de la fila del carril izquierdo: “café… café, té, sándwich,…café tres euros,…té, sándwich…, - ¿Cuántos? …- tres euros, ¿con tarjeta o efectivo? ¿Qué menú? … ¿café?”. Ummm... - 

Miro afuera por la ventanilla y veo que llueve a cantaros, sobresalen las vocecillas de niños pasajeros que cantan y brincan golpeando el respaldo de la silla de enfrente: “que llueva que llueva la virgen de la cueva los pajaritos cantan la virgen se levanta, que sí, que no, que caiga un chaparrón ron- ron”. Un pasajero (de los aporreados en la espalda) reprende a un niño y le dice ¡Estate quieto! y el niño se pone de pie sobre la silla y lo mira sacándole la lengua y moviendo las manos morisqueteramente, El señor disgustado reacciona pasando su mano al completo por toda la lengüita del niño dejándosela mayoritariamente seca y le dice ¡ya está sucia! y el niño, comienza a llorar a gritos porque le han tomado su lengua por una toalla de mano. 

¡Oops! Comprendo que no debo cantar en aviones de esta aerolínea porque me pueden tomar por toallitas húmedas desechables,…entonces decido esperar que pase la hora de la merienda para no distraerme, miro a mis compañeros de asientos y están profundamente dormidos, que bueno, ¡ellos sí que saben viajar! Cuando los carros de comida ya están cerca de la Fila treinta y dos, finaliza la venta de almuerzo. 

Ahora sí, abro el libro en la página 22 para continuar mi lectura, me cercioro de que guardan los carritos- ventas en el compartimiento correspondiente y sonrío con optimismo y mucha confianza. 

 Pasan diez minutos y el azafato de cabello oscuro comienza a pregonar “raspe y gane - raspe y gane…por solo un euro puede ganar un millón en efectivo, ¡raspe y gane!, ¿quiere un raspe?, ¡solo un euro!,… ¿y usted otro? …¡Eso! ¡Raspe y Ganeeeeeee!.... ¡Ah pues, no ganó!”

… En ese instante me vino a la memoria un recuerdo de cuando iba al pueblo de mi padre. Era un recorrido de sesenta minutos y tres paradas en poblados diferentes, en cada lugar que se detenía el autobús, los vendedores ambulantes asomaban por la ventanilla los productos originarios del pueblo, por ejemplo La Almojábana de Galapa, Los Chicharrones de Baranóa, El Bollo de Angelito de Campeche. 

Una vez un pelaíto quiso ser más creativo que todos, se subió con una Guacharaca de palito e millo, un tenedor y se puso a cantar a todo pulmón “dime pajarito” del Binomio de Oro,…Mi hermano Armandito sacó de su bolsillo cien pesos, y agarró al peláo por la camisa diciéndole: “Cállate, Cállate toma esta plata y no cantes más, tú no sabes cantaá ¡Chofer! baje a este gritón, pare! que se va a bajar”. Todos los pasajeros aplaudieron con alegría y gran descanso.

…Me imaginé al azafato prendido del chaleco, …si hubiese parada en esta ruta yo misma le daría tres euros, como al niño gritón, para que compre hojas Din A4 para que escriba un relato de su oficio  y se gane mil euros en el “concurso de Aona, te lo cuento mas”. 

Bien,… se ha callado. ¡Seguramente ya hizo la cuota de venta de hoy! Abro nuevamente mi libro por la misma página, quito el separador de la hoja y…escucho a lo lejos a una azafata que ofrece traslado del Aeropuerto a destino final por un módico precio de 10 euros, precio que conlleva el descuento del 35% de la tarifa normal de taxi. Sin duda, es un chollo, no hace falta Cabify, ni Uber. Esperaré pacientemente a que termine de ofrecerlo, serán cerca de doce minutos hasta que llegue al final del avión, que es la fila 32. 

Definitivamente, creo que hoy no sabré lo que quiere el negro de mi novela. Resignada, pongo mis gafas de leer encima del libro sobre mis piernas y saco un delicioso croissant del bolsillo de mi chaqueta, que viene cuidadosamente empaquetado en una pequeña cajita dentro de una bolsa de papel, acompañado de una servilleta, una capsula de mantequilla de maní, mermelada de mamey y una espátula de madera desechable para untar. – Ummmm, que placer degustar un croissant hecho por mi padre, -que delicia. ¡Indudablemente es el mejor panadero del mundo! – ¡merci beaucoup mom père! 

Una vez terminado mi agradable exquisitez, busco en “google” la dirección de la Galería Faber en Guatavita City, la registro y la grabo en mi móvil. (Locución) “Señores pasajeros, por favor hagan uso de cinturón de seguridad, el respaldo de su asiento en posición vertical, cierren sus mesitas y dispónganse para el aterrizaje”. - Preparados! se hace un silencio propio solo del despegue y aterrizaje de esta compañía. 

La aeronave toma posición y procede a descender, cuando de repente suena un golpe seco, ¡POW!, fruto del contacto del tren de aterrizaje con la pista. La gente emite un retumbo de pánico, mientras sobresalen sus cabezas de manera homogénea y vuelven a bajar repitiendo al unísono ¡Aaahhhhhhi! Miro a mis compañeros de fila que despiertan sobresaltados tras el impacto, poniendo cara de “emoticón de gato asustado”, y les digo: “Ya aterrizó”…en unos segundos va regresando la calma, y la velocidad va disminuyendo. De repente suena una Tómbola a mucho volumen: ¡TUU TURUUUU TUURUUUUTURUUUTU RUUUUUUUUUUUUUU! 

Wowh!, Todos nos sorprendemos pero la reacción de algunos pasajeros es aplaudir fuertemente (clap, clap), otros Chiflar (fiuuuuu!), otros reír nerviosos (hahahaha), otros hablar (bla bla)… mientras yo intento incorporarme del aturdimiento y me digo “¡vaya, lo que hace la Neurolingüística!” 

De repente noto mi croissant subiendo por mi garganta como si se hubiese salido del píloro sin autorización, pero me muevo -un, dos, a la izquierda. Un, dos, a la derecha. Un, dos, adelante y atrás… al final se regresa a la posición que lo había enviado originariamente. 

Bebo un sorbo de agua y me dispongo para salir del avión lo antes posible, no se le dé al capitán por ascender nuevamente. Una vez anuncian el desembarque, con mucho gusto tomo mi novela, las gafas de leer, mi móvil, - pido permiso a mis compañeros, ¡ahora despeinados! saco mi mochila del compartimiento de arriba, tomo mi carpeta detrás del asiento de tripulaciones y hago la fila para salir de la aeronave. 

Una vez en la puerta, dos azafatas nos despiden diciendo: ¡Que tenga buena estancia en Guatavita city,  Buenos días! 

Salgo lo más sutil que puedo y les miro mientras me alejo, y en cuanto me siento segura y en silencio, me pongo a correr para no volver jamás la vista atrás. 

Salgo con prisa del finger del Terminal A del Aeropuerto de Guatavita en busca de la Salida para tomar un taxi hacia la Galería Faber, cargando una mochila negra y una carpeta con obras de Arte de 90x5x65 centímetros. 

Altavoz de Aeropuerto: “Diiiing dooong diiing” 

-“Señores pasajeros del Aeropuerto de Guatavita City, recomendamos que no pierdan de vista su equipaje”. 

“Dooong diiiing dooong” 

- ¡clack! (Cierre de tapa de una Laptop

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